por que un pasado fui de la ideología y que haya crecido no se que significa....
"Te preguntarás qué es exactamente lo que quiero cuando te digo que quiero como mi sumisa.
¿Qué es una sumisa? Difícil definición. Cada sumisa es un mundo, y cada una tiene su propio concepto de la sumisión. Te daré el mío, el que yo he imaginado, el que yo deseo.
¿Qué es una sumisa? Difícil definición. Cada sumisa es un mundo, y cada una tiene su propio concepto de la sumisión. Te daré el mío, el que yo he imaginado, el que yo deseo.
Una sumisa es una niña, MI NIÑA.
Una niña inocente, indefensa y frágil. Una niña que se entrega a mi para que la cuide y la eduque, para enseñarle a vestir y a comportarse, y modelar su carácter para hacerla crecer como persona.
Una sumisa es una puta, MI PUTA.
Siempre dispuesta a complacerme y siempre con su sexo húmedo y caliente, lujuriosa y entregada. Jamás me dirá que no a nada de lo que desee, y buscará siempre mi placer (siempre que mis deseos y a mi placer
Una sumisa es una perra, MI PERRA.
Una perra fiel que dormirá a mis pies y lamerá mi cuerpo. Una perra sumisa, obediente y cariñosa que siempre obedecerá mis órdenes.
Una sumisa es, también una alfombra que puedo pisar si lo deseo.
Pero ¡recuerda!: cuidar y educar a una niña es una gran responsabilidad, y un trabajo de titanes. Una buena puta es un bien escaso y preciado, también tendre que cuidarlo con esmero. Tener una buena perra también comporta sus obligaciones: se ha de mantener limpia, sana, se le ha de sacar de paseo y darle de comer. Y una alfombra, si es de exquisita calidad, se ha de pisar con cuidado, si no quiero destrozarla.
Una niña inocente, indefensa y frágil. Una niña que se entrega a mi para que la cuide y la eduque, para enseñarle a vestir y a comportarse, y modelar su carácter para hacerla crecer como persona.
Una sumisa es una puta, MI PUTA.
Siempre dispuesta a complacerme y siempre con su sexo húmedo y caliente, lujuriosa y entregada. Jamás me dirá que no a nada de lo que desee, y buscará siempre mi placer (siempre que mis deseos y a mi placer
Una sumisa es una perra, MI PERRA.
Una perra fiel que dormirá a mis pies y lamerá mi cuerpo. Una perra sumisa, obediente y cariñosa que siempre obedecerá mis órdenes.
Una sumisa es, también una alfombra que puedo pisar si lo deseo.
Pero ¡recuerda!: cuidar y educar a una niña es una gran responsabilidad, y un trabajo de titanes. Una buena puta es un bien escaso y preciado, también tendre que cuidarlo con esmero. Tener una buena perra también comporta sus obligaciones: se ha de mantener limpia, sana, se le ha de sacar de paseo y darle de comer. Y una alfombra, si es de exquisita calidad, se ha de pisar con cuidado, si no quiero destrozarla.
Ya ves, ser Amo no es ninguna bicoca. Tendre muchísimas obligaciones y muchísimas responsabilidades. Hay quien piensa que ser Amo se reduce a azotar de vez en cuando a su sumisa y follársela cada vez que le dé la gana. Pero la sumisión va mucho más allá. La sumisión que yo busco es la sumisión mental, y aceptar esa responsabilidad es algo muy delicado. Tienes a una persona en tus manos, y no todo el mundo está capacitado para asumir semejante reto.
Yo quiero una SUMISIÓN MENTAL TOTAL. ¿Qué es eso?, me dirás. Señor, mi Tutor: la sumisión mental es, ante todo, un sentimiento amoroso, una fusión intensa con el Amo. Es un estado de la mente, es decir, no es una entrega material de algo tangible como ocurre en la sumisión sexual. Entregar el cuerpo es fácil, se acaba la sesión y se vuelve a la vida normal sin más problemas. Pero definir la sumisión mental es tan difícil como querer definir el amor, la alegría o la tristeza: es un estado de conciencia.
A medida que la sumisión mental aumenta, se crea en la sumisa un sentimiento de plenitud y libertad, porque ha llegado a un estado de entrega total hacia su Amo.
Esa es la sumisión que yo quiero que me entregues: ni mejor ni peor que otras, sencillamente la mía"
Yo quiero una SUMISIÓN MENTAL TOTAL. ¿Qué es eso?, me dirás. Señor, mi Tutor: la sumisión mental es, ante todo, un sentimiento amoroso, una fusión intensa con el Amo. Es un estado de la mente, es decir, no es una entrega material de algo tangible como ocurre en la sumisión sexual. Entregar el cuerpo es fácil, se acaba la sesión y se vuelve a la vida normal sin más problemas. Pero definir la sumisión mental es tan difícil como querer definir el amor, la alegría o la tristeza: es un estado de conciencia.
A medida que la sumisión mental aumenta, se crea en la sumisa un sentimiento de plenitud y libertad, porque ha llegado a un estado de entrega total hacia su Amo.
Esa es la sumisión que yo quiero que me entregues: ni mejor ni peor que otras, sencillamente la mía"
No hay comentarios:
Publicar un comentario