Como cada 12 lunas en los últimos 3 ciclos he dedicado un obituario a una situación mía muy en particular hoy no es que siga siendo real, sin embargo, hay cosas que por costumbre a lo que eres, no puedes dejar de hacer, este texto está guardado desde hace un par de meses (si, meses,) con la intención clara de reflejar lo mas preciso del sentimentalismo hacia esa relación. Y dejarlo pasar se me hace tan insano como el que deja el banquete de horas pudriese lentamente, no es algo ya cierto pero es expresivo, y lo que así ha sido creado merece ser leído.
Ya no quiero amarte
Ya no quiero amarte más, porque quiero poder dormir. Las horas pasan, unas seguidas de otras, mientras estoy completamente despierta hablando hasta por las orejas con las ovejas en mi cabeza. Están fumando sus cigarrillos, volteando los ojos, gritándome improperios y esperando a que vuelva a dormir para que ellas puedan regresar a sus asuntos nocturnos.
Porque quiero poder tener una cita con alguien nuevo y no pensar en ti. No comparar la quijada del pobre muchacho con tu rostro cincelado. Quiero ser capaz de besarme a la francesa con alguien más sin pensar en los giros de tu lengua en el techo de mi boca, parecidos a las definidas pinceladas de una brocha sobre un lienzo conocido.
Ya no quiero amarte más porque estoy cansada de sentirme molesta todo el tiempo. No quiero que mi corazón se rompa de nuevo y una vez más, cuando mis amigos preguntan por ti sin descanso. No sé dónde estás, qué comiste en la tarde, el último libro con el que te peleas por leer. Ya no sé nada de ti. Pero ellos no dejan de preguntar.
Porque es difícil seguir adelante.
Porque no se cómo hacerlo.
Porque no soy buena en ello.
Porque no se cómo hacerlo.
Porque no soy buena en ello.
Mi boleta de calificaciones diría: Excelente en compartir, contar historias y en ser una líder entusiasta. Necesita trabajar en dominar los elementos dinámicos de enamorarse.
Ya no quiero amarte porque me has dejado con reflujo e indigestión permanente. Los nervios burbujean en mi estómago y estoy abrumada por este conjuro de ansiedad, como si fuera una de las últimas niñas en ser elegidas para estar en el equipo.
Ya no quiero amarte más porque se me olvidó cómo amarme a mí misma. No me baño, no como, no duermo ni sonrío en estos días. Esas son las cosas que quiero amar de nuevo, más que a ti.
Ya no quiero amarte más porque nunca es divertido ser la única que está enamorada. Se siente como si estuvieras besando una pared o mandando cartas que no se pueden entregar. Es algo miserable y solitario; y no quiero amarte más porque entonces tal vez sea capaz de encontrar a alguien que finalmente me ame de regreso.
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